Literatura & Psicología

24.3.20

Cerca del fuego


También están esos hombres que te arropan las cicatrices del vientre, por la noche, y cubren el pozo que se había quedado abierto. Esos hombres que no te encierran en un lugar sin puertas, que son la puerta, que son la barca en el oleaje. Escotilla y nube. Que te abrazan cuando tiemblas y te enseñan, al tacto, el dorso ocráceo de la alondra. Esos hombres que se parecen a una casa en la nieve. Que viven cerca del fuego y solo te dan alegría. Que beben contigo la luz roja del invierno y te devuelven la risa que tenías oxidada. Sí, hay hombres así, los he visto, he dormido en el hueco de sus brazos y he escapado de su cama antes del amanecer, porque me gusta conservarlos en esa plenitud perfecta del día, en esa belleza ordinaria de la memoria y, acaso, en algún poema.

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