Literatura & Psicología

10.7.13

breve tratado sobre el amor

yo amé a un hombre
lo amé con la dulzura de ciertas flores silvestres
     de esas que crecen por la orilla de los caminos
     donde la inocencia
     guarda todavía secretos a los viajeros
y lo abracé
con mis alas enhiestas
de águila en desbandada
lo amé tanto      de veras tanto
que un buen día me clavé alfileres en los ojos
para ver lo que él veía
me agujereé los calcañales
para sentir el hervor de la tierra y sus relámpagos
y vi que su palabra era fuego
y me volví arena en sus brazos
y me dormí en el vientre de una roca
al despertar
yo era una planta con espinas
y el hombre que amaba tanto
mordía los brotes de mis pies
convertido en perro
ese animal noble que nos cuida pero también enloquece
demasiada luna llena dirán a su favor
dos o tres magos       excavadores de ruinas
aquellos que han patentado la demencia
y han escrito extensos tratados
sobre las pasiones    
mi raíz tenía ponzoña no voy a negarlo
ahora que estoy de pie junto a su cama
viéndole escupir esta babaza
blanca y tibia como la leche


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