En
noviembre del año pasado fui invitada a leer dentro del IV Ciclo de Poesía
Verso Norte, organizado por la Secretaría de Extensión y Cultura de la
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y Posdata Editores. Ahora, tengo en
mis manos la antología que reúne las 36 plumas participantes en 2011 y que, al
mismo tiempo, es punto de partida para iniciar el quinto año consecutivo de
este evento puntualmente coordinado por Zaira Eliette Espinosa, poeta y
promotora cultural.
El libro Verso
Norte, Bitácora de Voces 2011 (UANL / Posdata Editores, 2012) celebra cuatro
años de registro poético de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, además de
incluir a escritores de otros estados. Las lecturas de poemas, en voz de sus
autores, se han llevado a cabo de julio a noviembre de cada año, en la Sala
Francisco Zertuche del Colegio Civil, Centro Cultural Universitario.
El ciclo anterior fue inaugurado con la
presencia de la poeta mexicana Coral Bracho, quién ofreció al público una muestra
de su obra más representativa. También se tuvo la participación de autores de
Coahuila, Aguascalientes, Chihuahua y Tamaulipas.
Debo añadir mi complacencia ante la hospitalidad mostrada hacia las letras
tamaulipecas, llevadas esa vez por una servidora.
La presentación de la Bitácora tuvo lugar el pasado miércoles, 18 de julio, en el escenario donde se han realizado las lecturas poéticas en años anteriores y en donde, a partir de ese día, hasta el mes de noviembre, se llevará a cabo el ciclo de poesía 2012. Estuvieron a cargo Zaira Eliette Espinosa y Margarito Cuéllar. Pasadas las 19 horas, aún con la tarde ungida de luz, Zaira dio la bienvenida con un texto, a nombre de Posdata Editores, inmerso su pulso y el de José Jaime Ruiz, antes de dar paso a los comentarios amenos de Cuéllar y a la lectura de alguno de los autores que estuvimos presentes en el recinto.
¿Quiénes asisten a las presentaciones de
libros de poesía? Normalmente, poetas, o aprendices de poetas, o familiares de
los poetas, o gente que por alguna extraña circunstancia ama a los poetas. Es
raro el púbico casual, como me recordó el comentario de cierta señora, quien,
por curiosidad, estuvo un rato en la sala Francisco
Zertuche: “Qué raro que se presenten libros de
poesía en estos tiempos, cuando eso ya se quedó en la época del Romanticismo”.
Pero la Poesía está lejos de haber muerto, aunque, eso sí, mucho se ha
transformado en las últimas décadas.
La antología reúne voces de distintas
generaciones, Nuevoleonenses como la de Leticia Damm: “La piel / nos quedó
chica / tan llenos / estamos / de nosotros / mismos” o Arnulfo Vigil: “Y de
nuevo ofreces tu cuerpo y yo comulgo sin confesarme” y de otros estados, como Reneé
Acosta, poeta chihuahuense: “No somos lo que parecemos, / más bien somos una
frecuencia / condensada y fértil en el ojo del vigía / en la nuca del vigía /
en la lengua turbia del vigía” o Esther M. García, oriunda de Ciudad Juárez,
Chihuahua y radicada en Saltillo, Coahuila: “Mi madre es como un perro rabioso
/ queriendo morder y destrozar / mi alma con sus rabiosas palabras”.
Enhorabuena por este ciclo, donde, como
oleajes van y vienen diversas voces, algunas consolidadas; otras, emergentes.
El tiempo, recordemos a Borges, es el mejor antologador.
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