Literatura & Psicología

22.3.11

Sueño 4

Parece una casa muy grande. Unas seis o siete parejas –dan la impresión de ser matrimonios de años– duermen tranquilamente en sus habitaciones. Los hombres despiertan de pronto y ordenan a sus esposas subir al ático. No dan ninguna explicación.

Yo soy una niña pequeña y una de las esposas me lleva de la mano. El ático está oscuro y frío. Las mujeres se miran con ansiedad. ¿Qué es lo que está pasando?

Algo se aproxima, se arrastra entre las sombras, detrás de las paredes. Está atravesando los muros como si fuese un vapor. Se oyen ruidos. ¿Voces?

Ese algo ha entrado. No tiene forma ni dimensiones precisas; crece a cada instante. La atmósfera se siente pesada, un color rojo lo envuelve todo. Un color rojo y un sabor metálico.

La mujer que me ha traído hasta aquí me abraza como una madre. Tiembla. Miro su rostro: soy yo misma.
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Soñado el 21 de marzo de 2011
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2 comentarios:

  1. Transmite mucho este sueño, tal y como lo has escrito, Marisol.
    Ese "algo", sin definir, sin ver, casi da más miedo que si uno lo identificara viéndolo.
    Al principio, cuando lo leí por vez primera se me vino pronto a la cabeza un maremoto o un río de lava o algo semejante, quizás por tener muy reciente la catástrofe en Japón.
    Por cierto, en España ya los telediarios casi han dejado de lado el asunto de la radiación nuclear, como si todo se hubiera arreglado por arte de magia... En cambio, los estudios serios y no manipulados ya indican claramente que la nube radiactiva ha pasado por América y ha llegado a Europa.
    Pero volviendo a tu sueño, espero que no lo tengas más y sueñes historias bonitas.
    Un saludo positivo.
    José

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  2. tal vez si soñara historias bonitas no escribiría =b
    Saludos.

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