En el polvo se nace, en él se muere.
El polvo es el alfa y el omega.
¿Y si fuera el verdadero dios?
Alfonso Reyes
La piel morirá dentro del polvo. Ediciones Morgana, 2019. Antonio Ramìrez. Monterrey, N. L.
El sugerente título de este libro, La piel morirá dentro del polvo, nos remite a la naturaleza (que es también destino) de nuestra humanidad: la partícula primigenia de la que estamos constituidos y a la cual hemos de volver. Antonio Ramírez, poeta y psicólogo, no divorcia sus dos disciplinas, antes las hace cantar al unísono en una imagen universal que ha sido, ya, predilecta de numerosos creadores. Don Alfonso Reyes nos entregó su palinodia advirtiéndonos que acaso el polvo sea el tiempo mismo, / sustentáculo de la conciencia. Y Ramírez, desde un contemporáneo Monterrey, agrega: He de recordar mi piel cayendo en una aurora boreal de tierra y su pretensión.
Es la prosa poética la base que sostiene las revelaciones, a ratos comunes, fieles a la realidad (Guardo en el estómago las palabras que nunca escupí); a ratos surrealistas (Si estuvieras aquí, pasearíamos en el lago donde el viento no mueve al agua, para sentarnos a pescar relámpagos de energía serpentina), siempre como un ejercicio introspectivo, sin temor a experimentar con el aliento y el ritmo. Este es, pues, un libro sobre la vida interior del hombre, consciente de su destierro, desde el momento en que fue expulsado del útero-universo para poblar el vacío. No parece salvarlo esa consigna de Amor constante más allá de la muerte de Quevedo, no hay lugar aquí para el polvo enamorado, sin embargo, en tanto humano, el autor de estos poemas no puede librarse del influjo amoroso que, una y otra vez, asaltará a los lectores y dejará la pregunta en el aire: ¿Qué quedará por decir?
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