Literatura & Psicología

17.10.17

Minos

a punto
veo dormir a mis hijos
pequeños guisantes blancos      envueltos por la calma
cíclica
matemáticamente
ensamblados al continente del cuerpo
                                                      roja bocanada de aire     
Haku
que me rasgó un paisaje (su horizonte de pájaros azules)
Morgana
que sólo tiene un mes     no necesitas más quiero decirle
para qué
               estamos bien así
               tú     recién salida de la fragua
               yo con mi cabeza intacta
quién diría que mis manos desmenuzarían estrellas
     en la nieve    
pero aquí no hay nieve
apenas un collar de hueso    
la sonrisa eterna y deliciosa de los desposeídos
que infaman la calle con sus amores
      los chanates se pasean por mi jardín    
      reyes de un país donde los cuervos han enmudecido
      no logro entender su lenguaje
      algo sobre mujeres y decapitaciones:
                         todas unas putas
bajo las rocas arde
la risa solemne de los escarabajos
                                         –antes una flor blanquísima
                                           se deshojó entre mis labios–
ahora
voy perdiendo el ansia de volar
detesto mi reflejo
                        inútil geometría en un pozo de mercurio
pronto las ondas tomarán su curso
y mis niños seguirán sonriendo      
cosidos a la esperanza     
jalo hacia mi pecho el hilo de su alma
como Ariaghne
              pobre        pobrecilla                
              aguardando al amante
              que vendrá con sangre de toro en los puños                   
¡tantos siglos!
y las mujeres seguimos quedándonos dormidas a la orilla del océano




de Gasterópodo (El Humo, 2014)

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