Sé que no debería escribirte un poema
pero tengo el mal hábito de creer en fantasmas
será que los he visto sobre mi cama
en el pórtico / en el techo
colgados como arañas en un gran acelerador
que revienta las vísceras del tiempo
* *
mi amiga me dice No
pienses más en él
no es necesario
escribirle un poema
y yo también creo que no es necesario un poema
pero cuando se me agolpa la electricidad en el pecho
hago cosas superfluas
como aquella vez cuando estrellé mi reflejo contra una silla
porque tú me engañabas y yo te decía lárgate lejos
tan lejos como ese
punto infinito
en el que inició la
materia
* *
qué somos
sino un montón de alambres
agitados en el pulso de un electrodo
una espiral de proteína
células venenosas del aire
la mutación de un dios salvaje que juega al Go
* *
todos podemos
ser el ataúd de una mano
todos hemos visto un resplandor de tijera
en el bisel del ojo
no te preocupes / la vida es así
esas frases triviales parecen tan dulces
cuando se nos muere la mitad del cuerpo
* *
mi madre me enseñó a cerrar las ventanas
cuando hay corrientes frías
y a usar bufanda incluso en días soleados
me cuidaba de las radiaciones
de las calles atestadas de autos
y del moho acumulado en libros viejos
nunca me advirtió de los espejos
no me dijo que cortan
no me dijo que atrás del azogue hay otro mundo invertido
donde los fantasmas nos chupan el alma
* *
hoy vi arder la luz de la recámara
la luz que tú siempre encendías
por la que yo me enojaba tanto
el recibo llega muy
caro
pero hoy no quise apagarla
y la cerradura que nunca cerraba
se portó obediente
a mis dedos
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