Gérard de Nerval escribió su novela "Aurelia" en un estado de delirio. El narrador en primera persona cuenta sus visiones y sabe que eso se llama "locura", lo que no logra definir es "qué es esa locura", acaso sea "una forma superior de razón". También Edgar Allan Poe confrontaba a su lector: "La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia" Y he aquí que yo encuentro una correspondencia con el mundo espiritual. Estoy segura de que a nuestro mundo material subyace ese otro. Las ciencias y las mitologías, de diversa forma, me llevan hacia aquello a lo que llamo "espíritu", pero que no sé definir. No es una simple sugestión de lo que creo posible, es lo que he comprobado durante años, tangiblemente. Podría decirse, he visto sus manifestaciones, pero no sé qué es. El arte es el medio que he encontrado para acercarme a ese universo; el arte para mí es tan profundo como la ciencia y equivale al amor. No recurro a ninguna teoría para valorar un poema, una melodía o un paisaje; recurro a mi interior, si conmociona mi espíritu, sé que allí está eso inexplicable que busco, eso que anhela mi alma para estar completa.
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