Asumo
desde mi cuerpo mi propia existencia, porque mi cuerpo está hecho de
caminos andados, de posibilidades y de memorias. Mi cuerpo es mi casa y
la casa donde viven mis hijos. Nadie puede mirar en su interior más que
aquel que me ame. Mi cuerpo es un templo habitado por varias almas y
cada alma es un deseo que danza.
Aquellos que no pueden leer los lenguajes del cuerpo no entienden la belleza de
sus células-versos, ni se estremecen con sus sonidos, pero estos seres
están fuera de mí, no tienen la llave de la habitación más preciada, no
se pueden robar mis joyas.
Los vampiros existen, los vampiros psíquicos que tratan de apoderarse de la realidad del otro. A menudo nuestra sociedad actúa como un vampirismo colectivo.
Me niego a entregar mi esencia a los que intentan arponear el corazón de mis palabras.
Mi realidad es mía.
Los vampiros existen, los vampiros psíquicos que tratan de apoderarse de la realidad del otro. A menudo nuestra sociedad actúa como un vampirismo colectivo.
Me niego a entregar mi esencia a los que intentan arponear el corazón de mis palabras.
Mi realidad es mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario