toda la civilización ha sido devastada. Los rebeldes
somos perseguidos por los líderes. Busco desesperadamente mi cámara
fotográfica: de mí depende guardar la evidencia. Logro rescatarla de un baño
donde un líder está orinando. Mientras corro voy tomando fotos de la masacre;
logro colarme al interior del Edificio de los Teléfonos, una fortaleza donde
vive lo que queda de la humanidad civilizada.
En el gran salón las personas pasan los dedos
sobre sus celulares y estos proyectan, en una
pantalla gigante, escenas de balaceras, personas incendiadas vivas… una niña
corre con la ropa desgarrada abrazando una muñeca. Nadie sabe de dónde o cómo
llegan estas imágenes a los aparatos telefónicos, algunos científicos sostienen
la teoría de que son recuerdos de la gente que ha muerto en la guerra.
Las imágenes son retransmitidas
a los televisores de quienes viven en el interior de este edificio; les sirve
de entretenimiento. No tienen nada que hacer. Aquí nadie trabajaba ni sale de
su habitación. Diariamente una mujer pasa a dejarles un recipiente desechable
con comida típica mexicana. No hay familias, solo personas aisladas.
Tengo que hacer algo
absurdo para que nadie descubra que vengo de afuera, actuar como una persona
"normal" sería sospechoso. Comienzo a levitar por los largos pasillos
amarillos.
Soñado el sábado 17 de enero.
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