mis papás y mi hijo beben
té alrededor de una mesa con el resto de la familia. ¿La familia? Tomo al niño en brazos y me adentro en la casa. Veo una
puerta entreabierta, la empujo. Un ropero antiguo, con dos espejos alargados en
la fachada, se yergue en medio de la oscuridad. Enfrente hay otro mueble igual.
Los espejos se reflejan entre sí y nuestra imagen se repite una y otra vez.
Tomaré
una fotografía de rostros infinitos.
A punto de hacer
clic con mi cámara digital siento una mano posada en mi hombro. A mi sobresalto
se abre el obturador. No puedo evitar la sacudida violenta del aparato a la
altura de mi cabeza. No debes estar aquí.
Desconozco a la señora recién llegada y sin embargo sé que es de “mi familia”.
Observo la foto: simétrica y perfecta. Mi hijo y yo repetidos en la fila
de espejos. Al fondo, la silueta de una mujer que no estaba ahí.
Fotografío ahora un
rincón lleno de trebejos. En la pantalla se dibujan mesas blancas, frascos,
pinzas, escalpelos. Sigo oprimiendo el botón al azar y en las fotos
aparecen personas y objetos que-no-están-allí. Atrás sigue la
silueta de la mujer.
Ahora veo en la
pantalla un hombre calvo y sonriente; un potro de madera; charcos rojos. La
mujer, piel desgarrada, oscila en una horca. Me echo a correr hacia la puerta
que se está cerrando lentamente.
Hemos sido aherrojados en
la oscuridad. Se abre de nuevo la puerta. La voz: ¿qué hacen allí? Salgo hacia la calle con el niño en brazos. Llego
al patio de otra casa donde también toman el té. Los bebedores me miran: lo que has visto te perseguirá por siempre.
"El sueño de la razón produce monstruos" Goya. Y ya sabes que los sueños, sueños son...difícil indagar en la introspectiva de nuestro interior en la faceta sueño...Abrazos despiertos
ResponderEliminary para seguir con la tesis Calderoniana, nunca sabemos cuándo estamos en verdad despiertos
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