I
Una mujer está llorando y en cada sollozo la piel se le rasga, se rompe; saltan los tendones, los músculos expuestos, rojos, calientes.
Llora hasta convertirse en una masa escarlata, sin forma, olorosa a metal oxidado.
II
Veo a mi hijo dormido plácidamente dentro de una bañera. El agua lo cubre por completo. Me acerco temerosa y al tocarlo su cuerpo se abre a la mitad como una cáscara de plástico transparente.
A la altura del pecho sólo hay un pequeño motor y un par de baterías.
III
Veo a mi esposo recargado en una barda hablando con dos muchachas. Me enfadan sus poses insinuantes.
De pronto estoy escribiendo un poema en mi laptop y a mi lado pasa un hombre vestido con tutu blanco y pantimedias a cuadros; trae zapatillas de tacón de aguja y no tiene cabeza.
Regreso al lugar donde está mi marido. Estudio las proporciones de los tres cuerpos. Mujer-hombre-mujer. Comienzo a palpar sus (3) carnes con deleite.
Despierto
Soñado el 11 de septiembre
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