¿qué es esta blanda quietud en las baldosas?
no escucho el vagido de tus hijos
los niños
ríen
al asir tu cuerpo
–hinchada bolsa de caramelos–
...........está tieso, dicen, es una piedra
en el asfalto
queda un signo: lo que soñaste al alba
.......aire negro y correoso como pezuña de animal viejo
.......golpea los cerrojos de mi puerta
.......nadie me enseñó a sostener un vientre vacío
una mosca se acicala en tu ojo
parece revelarte un secreto
–algo incomprensible
para los vivos–
dispuesto al festín un ángel
rasga el horizonte salpicado de agua
...
[o grito da vitória, o acutilante anuncio da criação do mundo... reiniciado em cada um de nós, no primeiro grito]
ResponderEliminarum abraço, Marisol
Leonardo B.
Excelente poema, Marisol. Un abrazo.
ResponderEliminarRamiro.