Literatura & Psicología

26.1.10

la bondad


ahora duerme, apretujada, como una muñeca de papel de estraza, en la habitación de un hotel. Sueña corderos y granadas en el resplandor amarillo de las lámparas.
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Todo el día buscando al “chino” en los suburbios del viejo puerto. Hace un año (quizá menos) fue lo mismo (hace veintidós, también).
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Aún creía en las hadas cuando pasó la noche en una piquera, junto al vómito y la tristeza de los mendigos. Acariciaba un manojo de bucles negros con la devoción de una santa (aquella frente era la de un ángel).

Apenas un cuerpo bajo el peso de sus párpados.
Negros hilachos en el vacío. Gotas de aceite en la escueta laminilla de Dios.

Mañana el mar estará lleno de petróleo y de niños comiendo monedas -echando pelotas al otro lado del mundo. Y cada vez que Ella pregunte por su hijo
la gente
sonreirá

.........................bondadosa

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