Literatura & Psicología

11.9.12

El futuro de la poesía


Publicado en La Razón. Tampico, Tamaulipas, miércoles, 12 de septiembre de 2012.

Acabo de leer una publicación realizada en 2005 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), “Leer y escribir la poesía”, “Las recomendaciones de poetas notables, procedentes de diversos horizontes, sobre la enseñanza de la poesía en establecimientos de nivel secundario”. Una recopilación de las respuestas de 44 escritores –de 25 países– a cinco preguntas.

     La primera de estas preguntas dice: “¿Cómo desearía  usted que se presente a los adolescentes la finalidad de la poesía?”. La mayoría de los entrevistados hace gala de vastos conocimientos académicos y sesudas reflexiones acerca de cómo cubrir este punto. Esta pregunta lleva implícita, ya, la idea, de que la poesía tiene alguna finalidad, un objetivo definible, como el de cualquier asignatura que se imparta en la escuela. Pero, ¿la Poesía tiene un fin? Apunto las dos respuestas que más me gustaron, por su sencillez y claridad y, sobre todo, porque siguen dejando espacio para el misterio y la diversidad de posibilidades.

     (AL-HAZMI Mansour Bin Ibrahim, Arabia Saudita) “No comprendo la expresión ʻla finalidad de la poesíaʼ. Puede que se deba a una imprecisión en la traducción del texto original. Si se refiere a las metas y objetivos que el poeta trata de alcanzar a través de sus poemas, en la época que vivimos éstos han variado con respecto a lo que eran en otros tiempos. Quiero decir que ahora un solo texto puede tener varias lecturas y en la época actual se ha convertido en una tarea difícil, no sólo para los jóvenes, sino también para los adultos con una gran cultura. Es indispensable, por lo tanto, continuar a enseñar la lectura de la poesía moderna”.

     (DADIÉ Bernard, Côte-d’Ivoire) “La poesía no tiene finalidad alguna. Es la libertad total. Es un lenguaje esencial, unidad de inspiración”.

     Veo que las instituciones educativas han comenzado a ponerle atención al arte poético, ¿será que pretendan, a futuro, hacer de ésta una profesión completa, con un programa a seguir y una metodología específica? Estamos en el tiempo de la especialización y de los formalismos. Si para todo se necesita un título, ¿por qué no habría de ser necesario un certificado de poeta? Este parece ser el rumbo que están tomando las cosas.

     A propósito de un ensayo que estoy escribiendo sobre la poesía en el mundo contemporáneo, me di a la tarea de hacer una breve encuesta entre algunos escritores. Una de las interrogantes planteadas dice: “¿Cuál crees que sea el futuro de la poesía?” Edgar Valencia, poeta Torreonense, radicado en Xalapa, apunta: “Ni idea. Creo que seguirá existiendo, y los poemas también, aunque no proporcionalmente”. Arturo Castillo Alva, por su parte, anota: “De la poesía de los demás, no sé. De la mía, desaparecer”. Antonio Constantino, de Torreón, Coahuila: “El futuro de la poesía está en donde siempre, sobre los escritorios y partituras de los poetas, en ningún otro lugar”.


    ¿Puede hablarse, auténticamente, de un futuro para la poesía, o de un futuro para los poetas? Termino con estas palabras de G. Vidal, que Arturo Castillo Alva me hizo llegar: “En cuanto a ser recordado, me interesa muy poco la idea de la posteridad. Basta con pensar en los millares de años de literatura egipcia completamente perdidos. Qué sobrevive y qué no es

sencillamente una cuestión de azar, y no puede preverse. Lo único que me importa es lo que debo hacer cada mañana, y hacerlo. En eso estoy”.     

Imagen del artista visual Orlando Arias. Fuente: http://ariasartevisual.blogspot.mx/

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