3:24
Veo a una mujer escribiendo un poema. Su mano izquierda hinchada como la de un cadáver. Carne en decomposición, músculos sangrantes, nervios deshilachados. Lo azul y rojo.
La mano se reduce hasta volverse la de un niño.
Es mi hijo, ahora, tratando de alcanzarme.
5:16
Despierto adentro de un zoológico.
Los hombres apuntan sus escopetas hacia el vientre de los tigres. El fuego les abre las entrañas como rebanadas de sandía.
Panteras, elefantes, lobos, un infeliz oso polar... sus cuerpos acedan el piso de las jaulas.
Las balas no son suficientes. Los rugidos inundan la mañana.
10:25
Me masturbo frente a una pared blanca,
pensando en algunos versos de Gregory Corso, algo sobre un campo de batalla. Nunca morirán, ¿las novias?, ¿los corceles?
Antonio rueda por el precipicio de la cama. Nada sabe de los gritos, la pólvora y el llanto.
Pero, ¿cómo se dice muerte en un país donde todos los tigres han caído?
12:16
Esa canción me pone triste, digo, mientras la niña canta en la ventana. Su voz quebradiza y distante me llena el corazón de espinas.
De a poco, la música se extingue.
Y a mis pies se derrumban las palabras.
14:25
Así, el pecho estremecido y el tufo de la calle envolviendo mis pasos; así, la piel a punto, el rostro sin amarras, la mirada oblicua y pesada, así.
El borde.
Un te amo desgajado entre las uñas.
La lluvia se agolpa en mi garganta (a grandes tragos me bebí la tarde).
Yo soy ahora mi hijo y la mujer que escribe poemas y la niña que hace canciones de espinas. Agua dulce rugido de balas. Yo, la desposada, la desahuciada, la desbocada. La que nunca estuvo en una guerra, la que jamás conoció el naufragio.
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¡Hola, Marisol! A primera hora de la mañana me encuentro con estos pensamientos / sueños tuyos, que van cargados de muchos mensajes. Me tocará repasarlos para tratar de ver sus caminos e interpretarlos a mi manera (nadie puede adivinar el sentido que le dio la autora; esto me recuerda a los ejercicios del instituto, cuando debíamos comentar textos... me hacía gracia que alguien se atreviera a asegurar qué había querido tal o cual autor).
ResponderEliminarSobre la protagonista y esa ausencia de guerra, se hace casi imposible si la acción se sitúa en México. Desde Europa se tiene la visión de que tu país está casi como en una guerra, contra la delincuencia en este caso. Sólo se habla de México en los telediarios por asesinatos y masacres. Parece que la violencia está tan extendida por ahí como la corrupción por aquí, lamentablemente. Tiempos difíciles...
Ya me aparté de lo fundamental jajaja perdón.
José
sí, por supuesto, era en un sentido irónico. Aunque, en realidad, la acción se sitúa en todos los lugares y ninguno.
ResponderEliminary sobre lo que pasa en mi país no es "casi". Es una guerra miserable (como si alguna no lo fuera).
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