...el orden matemático, la vibración primaria de las partículas elementales, que contiene todo, incluido mi pensamiento, las palabras que ahora escribo.
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No concibo que el Yo (forjado con sus vestiduras terrenas) permanezca a lo largo de la “eternidad”. Esa simple permanencia, en el más dulce de los paraísos, se me hace ora aburrida, ora espeluznante.
No concibo que el Yo (forjado con sus vestiduras terrenas) permanezca a lo largo de la “eternidad”. Esa simple permanencia, en el más dulce de los paraísos, se me hace ora aburrida, ora espeluznante.
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Me parece más bondadoso –y hasta lógico– por parte de Natura, que nosotros, criaturas humanas, estemos de paso en el infinito entramado del tiempo, y que nuestra conciencia individual sea una extensión de la gran conciencia cósmica, en la que ha de disolverse cuando la materia que nos conforma se disperse.
Me parece más bondadoso –y hasta lógico– por parte de Natura, que nosotros, criaturas humanas, estemos de paso en el infinito entramado del tiempo, y que nuestra conciencia individual sea una extensión de la gran conciencia cósmica, en la que ha de disolverse cuando la materia que nos conforma se disperse.
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La única eternidad posible: la de los instantes.
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Pues cree usted bien, señorita. Cree, usted, muy parecido a como yo creo :)
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