Hace
unos meses Erika Said me escribió porque estaba a punto de publicar un libro,
su primer libro. Esto, para explicarlo a quienes no escriben, es como parir al
primer hijo, como engendrar al primogénito, como desnudarse frente a una
multitud, como decir ésta soy yo. Comprenderemos, entonces, la magnitud de este
pequeño acontecimiento en la vida de un artista. Erika no sólo me escribió para
avisarme del feliz evento, sino para pedirme un prólogo chiquito, ya saben qué
se dice: siempre es bueno el asedio de un ojo ajeno, alguien que nos lea y diga
de nosotros esas cosas que no sabíamos, o que sí sabíamos pero toman ahora un matiz
distinto al venir desde la mirada del otro.
Así, me encontré con un libro multifacético, multisensorial, en el que,
a mi gusto, el aspecto gráfico y la música resultan inherentes a las palabras.
¿La música? Sí, “iPoems, poemas en shuffle”, es el título del poemario publicado
por Ediciones el humo, dentro de la colección Ojo Cautivo, proyecto independiente
coordinado por Romina Cazón, escritora y promotora cultural oriunda de
Argentina, radicada en el estado de Querétaro.
Este relato épico urbano incluye su propio soundtrack, una reproducción aleatoria, igual escuchamos a
Radiohead, a Billie Holiday, a José José y al rey Lagarto, porque aquí los
espacios confluyen, el tiempo no es lineal: el lector se encontrará viajando en
una suerte de agujeros de gusano pasando de la habitación donde la niña Erika
duerme arrullada por el noticiero a la playa habitada por cabrones policías
aguafiestas.
Y es que Erika ama la música. De adolescente tocaba en un grupo local,
Menstrual Power, si mal no recuerdo. También dibuja y pinta. La ilustración de la
portada es un autorretrato que me recordó aquel famoso cuadro de “Las dos
Fridas”, pero nuestra poeta conecta su corazón con el oído; creo que de esto se
trata la poesía: escuchar a este órgano que late incansable dentro de nosotros.
El título nos habla, en cierto modo, de la condición fronteriza de su
autora, quien lleva ya unos años residiendo “del otro lado” y al mismo tiempo
“aquí”, así como nos sitúa en el momento preciso en que vivimos; tal vez en el
futuro este título será un referente de época. ¿Qué conozco de su vida?, sé que
nació en 1985, en Tampico, que está casada con Kenton, que tiene una hermana,
que su madre las crió sola y que las tres tienen “espaldas limpias y sensuales”
(esto lo leí en su “Genealogía femenina”); además sé que Erika se apunta
siempre que puede en los encuentros de escritores. Ah, también es periodista.
iPoems se presentará este sábado 26 en El espantapájaros café, en San
Juan del Río, Querétaro, junto al poemario “Urbano” del también tamaulipeco
Alejandro Betancourt; el lunes 28 la cita será en el Instituto Queretano de la
Cultura y las Artes. Desde aquí va mi abrazo.
La poesía y la música van de la mano en la obra de Érika. Y cuando lo sensorial está involucrado en el discurso poético, el texto cumple con su proyecto de creación. Gracias por compartir, Poeta.
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