Literatura & Psicología

10.3.10

nace un lector


De lo ordinario, el amor y la memoria

Hace dos años, cuando nació mi hijo, recibió entre sus regalos un par de libros, uno de hule espuma y otro de tela. ¿Un augurio? Ayer, en uno de nuestros viajes a la librería Educal del METRO, luego de correr acaloradamente por el estrecho pasillo, Haku se detuvo frente a un estante y eligió un pequeño volumen llamado rojo + verde, una edición infantil con fotografías de motivos mexicanos. Y ya no lo soltó.

Fue a tomar asiento y se entretuvo contemplando las imágenes con una sonrisa. Mientras yo deslizaba a Henestrosa por el mostrador, él aseguró su libro bajo el brazo.

Pienso en los antiguos cazadores, en la emoción que debieron sentir la primera vez que su primogénito alcanzaba un ave.

En el acto solitario de la lectura, ¿quién es la presa?

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