Literatura & Psicología

24.10.09

en la búsqueda poética

Después de un largo camino, mis cincuenta ejemplares de Crónica del silencio están en casa. Una edición, fruto del deseo sincero del equipo de Letras de Pasto Verde, por reunir voces poéticas.
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Había tenido, ya, la oportunidad de leer a varios de los 45 poetas hasta ahora editados (y a cinco de llegar a la meta propuesta por Mario Islasáinz) en la colección El Celta Miserable. Disfruto, especialmente, el pulso de Amaranta Caballero, a quien leí por primera vez en la revista Mar con soroche, en la sección Escrituras en el borde, Dossier fronterizo a cura de Amaranta Caballero (en Tijuana). Me perturba deliciosamente su Infrutescencia, de la que tomo esta estrofa inicial:

....Yo fui una higuera.
....El tronco hecho un betún: confitería.
....Corteza blanca en remolino constante.

Me inquieta la nostalgia de Sara Uribe, sus líneas que navegan por la memoria (incierta) de lo inhabitado. La imagen del padre. Un deseo o un fantasma.
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....Nunca aprendí a nadar ni he vuelto a esa ribera. Alguien está hablando del humo,
....de su voz oculta entre el follaje: disfraces, disfraces.

Y me golpea la Ergonomía tijuanosinaloense de Teresa Avedoy, esta primera anunciación desenfadada: Nos unifica la zozobra.
La agresión no se hace esperar.
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Pero es mejor dejar al lector a solas con cada poeta. Permitirle rozar las texturas, los filos. Esa sensación de que un río emerge de las manos.
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Gracias a todo el equipo de la editorial Letras de Pasto Verde por este viaje.
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