Literatura & Psicología

8.7.17

Me dormí con un pit bull y desperté con una cobra


Iba a comenzar otro romance
pero mejor adoptaré un gato
de preferencia un gato hembra
es un animal más adorable que cierta clase de perros
o de serpientes venenosas
no juzguen mal
no me perturban reptiles ni caninos
es tan solo
que algunos de ellos me han roído los huesos
aún tengo el cartílago dañado
cuatro marcas de uñas en el brazo
no faltarán sus abogados:
la culpa es de mi brazo por ser demasiado breve
apetitoso y tibio
acaso no me enseñó mi madre a cerrar bien las piernas
¡pero no!
les diré la verdad
en los pasillos de mi infancia
siempre había locos
no aquellos genios que se amarran un cordón en los pulgares
sino esos otros con el lóbulo prefrontal hecho una sopa
(venas pulverizadas
en un compuesto hidroxilo)
entonces los veía venir con sus estómagos arqueados
la maldición en la boca
a tenderse sobre una frazada limpia
el médico hacía chistes
¡mataremos un guajolote para celebrar su sobriedad!
y la sobriedad no llegaba
andaba en huelga de viaje qué se yo
lo que llegaba era otro enfermo
a acurrucarse entre las sábanas
y a la niña
no le quedaba más que esperar ser grande
para fundar su propio manicomio
ya lo dijo el poeta parisiense
hay que estar ebrios de vino de poesía o de virtud
le hice caso
me faltó por supuesto la virtud
hubo también tardes soleadas
donde mojé mis pies
y fui feliz
vaya que lo fui
en especial cuando mis gatos
celebraban su pereza entre mis piernas
¿en qué momento me volví carnaza?
inextricable es el camino
y larga la estupidez humana (eso que llaman el vacío:
duermes con un perro sin saberlo)
y otra vez llega el dedo
a introducirse entre la aorta y un pulmón
Ellos
los hombres que acunó mi desgracia
no tendrán jamás la culpa
siempre seré yo la sádica
la bruja
la maldita
la que asesinó al bebé en la cuna
la que llora
la que grita
la perversa
la insana
la puta
la que no se calla
la que escribiendo este poema
arruina sus buenas intenciones

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