Literatura & Psicología

2.10.12

Artes menores y artes mayores

Publicado en La Razón. Tampico, Tamaulipas, miércoles 25 de septiembre de 2012.

Recuerdo el libro de Kandinsky, “De la espiritualidad en el arte”, donde el pintor hace un análisis de las distintas expresiones artísticas, su evolución y sus alcances espirituales. Afirma que la literatura es un arte de lo más joven, lo que nos lleva a pensar que aún tiene un largo camino por recorrer.

La música y la danza vienen siendo las artes con un origen más primitivo, las primeras que aparecen en el ser humano, incluso entre otras especies animales encontramos formas complejas de baile (las Aves del Paraíso, en sus rituales de cortejo, no me dejarán mentir) y de armonías musicales (nuevamente, diversos tipos de aves, como los ruiseñores, avalarán ms palabras). De allí seguirían las artes plásticas. Por ejemplo, la Venus de Willendorf, encontrada a la vera del Danubio, está datada en entre 22 000 y 30 000 años, y, acabo de leer en una nota reciente del Universal, que en España hay pinturas rupestres a las que se les calculan alrededor de 40 800 años.

La arquitectura apareció después de que el hombre se volvió sedentario, hecho para el que fue indispensable la agricultura; se ha considerado, tradicionalmente, que ésta inició hace alrededor de diez mil años (un estudio de 2008, realizado por el equipo de Robin Allaby, de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, basado en un nuevo modelo matemático, sugiere que comenzó hace unos 21 000 años). Aun con estas fechas, seguimos teniendo como referentes en la arquitectura antigua a Mesopotamia y a Egipto.

El germen de la literatura oral debió de surgir tempranamente, cuando los primeros grupos de hombres se refugiaban en cuevas y compartían temores e inquietudes acerca del mundo. Sin embargo, estas imágenes primordiales, mezcla de realidad y sueño, adquirieron forma estructurada una vez creadas las civilizaciones; el salto de la literatura oral a la escrita aún tomó varios milenios. “La Iliada” y “La Odisea”, nuestros referentes literarios más antiguos en occidente, fueron escritos entre los siglos VIII y IX a.C., es decir, hace muy poquito. El teatro fue el primer arte interdisciplinario donde se combinaron diferentes expresiones, danza, música, poesía, afectando así varios sentidos al mismo tiempo.

Tomemos en cuenta, ahora, otro aspecto. El desarrollo de obras literarias requiere niveles de abstracción, comprensión profunda del lenguaje simbólico, conocimiento de las reglas gramaticales de la lengua en que se escribe y bagaje cultural que, normalmente, se consolidan en la edad adulta. Estos aspectos se relacionan con la madurez neuronal de ciertas zonas del cerebro que sólo estarán “listas”, pasada la adolescencia. La percepción de la forma y el sentido musical maduran rápidamente, así es más fácil encontrar a un violinista o a un pintor hábil a los diez años, que a un escritor de esta misma edad; claro, con la edad, también estas artes se dirigirán hacia conceptos cada vez más abstractos, el mismo Kandinsky ejemplifica con su obra estos saltos de lo figurativo a la abstracción.

El largo desarrollo que apunto aquí arriba se nota, sobre todo, en narrativa y ensayo; la poesía roza más el flujo del inconsciente, las emociones y el juego fonético (hermanándose con la música) por lo que no es raro encontrar en niños y en adolescentes una poesía natural e intensa; el caso emblemático es Rimbaud.

Afirma Fernando Vallejo que la literatura, comparada con la cinematografía, es un arte mayor; pero ante la música, es un arte menor. Estas impresiones serán siempre subjetivas y cada artista, sin duda, defenderá su esfera.

En lo personal, creo que cada una de las artes tiene su sitio propio, aunque es innegable que algunas han tenido más tiempo para evolucionar que otras. Yo qué puedo decir, me he dedicado a las Letras, pero en (todos) mis años de estudiante me pasé las clases dibujando, y no faltó quien me augurara futuro en las artes visuales, ¡muchos ni siquiera se enteraron de que escribía! Hace tiempo dejé de lado el dibujo (para el cual jamás tomé un taller). Ahora vuelvo a sentir esa pulsión de mis años juveniles. Creo que es un buen momento para recomenzar.

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