Literatura & Psicología

10.3.12

Nace un escritor

De lo ordinario, el amor y la memoria


Hace exactamente dos años, el 1o de marzo, publiqué en este blog "Nace un lector" porque un día antes mi hijo Haku, por primera vez había elegido un libro para su biblioteca personal. Ahora, de manera espontánea, un poco antes de dormir nos dijo a mi esposo y a mí que guardáramos silencio: estaba escribiendo un poema. En su libreta, aquí y allá, había dibujado letras dispersas. Haku tituló su primigenio texto "Poema de faunos" y comenzó a leérmelo:


no hay faunos
a veces tenemos sueño y nos dormimos
no hay mujeres solas, no hay niños solos


Reconocí el espíritu de mis propios poemas (no sé qué tan bueno resulte ser una de sus primeras influencias literarias). De inmediato me acordé de aquel post de 2010 y, más tarde, al rastrearlo vi que no sólo se repetía la fecha de los acontecimientos, sino la hora. En esa ocasión escribí a las 4:11 de la madrugada, más o menos el momento en que comencé a redactar esta nueva nota. 

Haku, en efecto, se ha hecho amante de los libros. Se preguntará, acaso, que encuentra ahí su madre, que se la pasa tanto tiempo con la nariz metida entre las páginas. Sus libros de cabecera son, un volumen en 3D sobre dinosaurios y Cosmos de Carl Sagan (curiosamente, una de mis lecturas tempranas), en el que se entretiene viendo fotos de planetas y galaxias. Además, es lector de la narradora regiomontana Yarezi Zalazar, cuyo cuento "El secreto de mi tía abuela" (Regia Cartonera, 2010) ha resultado un hit. Se trata de una historia de fantasmas y monstruos, uno de sus temas predilectos. Por algo es fan de las películas de Tim Burton como "El joven manos de tijera" y "Pesadilla antes de Navidad" (de entre las opciones que hay en casa, son las que él elige). A veces (por cierto) me ha pedido poemas de Celeste Alba Iris.

Haku tiene sólo cuatro años y aún no sabe escribir. Me cuenta lo que ve y lo que piensa. Me pregunta sus inquietudes (una de sus preocupaciones, por ejemplo, es saber si un meteorito como el que extinguió a los dinosaurios podría caer otra vez en la Tierra). Es un niño inquieto al que le gusta comer helado de chocolate y armar rompecabezas. Yo, como cualquier madre, me engolosino viendo sus singularidades. En el jardín no es el alumno más destacado. Habla mucho y se sale del aula. Tal vez su maestra no me creería si le contara lo esquemático que Haku puede ser para realizar algunas tareas (como la vez que hizo, con recortes de papel ilustración, un "monedero para guardar a Saturno").

Hace una semana, como (casi)siempre tengo la computadora encendida y lista para teclear, aproveché un momento en que Haku me contaba un cuento y lo apunté conforme lo iba diciendo:

Había una vez un T-Rex muy cansado que se quedó aquí a dormir. Luego se le quitó lo cansado y se fue a trabajar a una escuela de dinosaurios. Luego fue a la tienda, se compró unos chetos de bolitas y se volvió a cansar. Se durmió y fue a buscar a un triceratops, estuvieron platicando y el triceratops parecía monstruo. También había un raptor que estaba gritando uuuuuuu. Otro dinosaurio lo golpeó con su cola de picos. Luego todos fueron a la Luna en un cohete espacial que salió de la Tierra así shhhhhhhhhhhhh. Luego tres dinosaurios fueron a Júpiter. Eso pasó hoy.

No puedo asegurar lo que será la verdadera pasión de Haku cuando crezca. ¿Los autos de carreras?, ¿la música?, ¿el futbol? Por ahora, tengo un pequeño escritor en casa. Un niño que escribe sin escribir. Escribe en el presente, para el aire, para el instante. 







3 comentarios:

  1. Muy buena tu entrada. Siempre encuentras una manera muy interesante de contar las cosas, muy original.
    Divertidos los pasos de tu hijo, con esa libertad que tienen los niños para escribir cualquier cosa.
    ¿Y qué respondes a lo del meteorito? ¿Maquillas la verdad para no asustarlo o se lo dices tal cual? Aunque supongo que siendo niño, no le dará la trascendencia de los adultos.

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    1. Le digo que sí, en efecto, podría caer otro meteorito, o chocar un cometa como aquellos que dejaron manchas gigantes en Júpiter (su planeta favorito); también le digo que los científicos observan el cielo y crean tecnología que no tenían los dinosaurios :)

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