Literatura & Psicología

12.8.11

De generaciones y cosas peores

Publicado en La Razón. Tampico, Tamaulipas. 9 de agosto de 2011
.
Saltando entre el ciberespacio y los libros me ha dado por pensar otra vez en esta palabra tan manoseada y mutable: Identidad. Hasta hace algunas décadas asociábamos de inmediato este concepto con el lugar de origen de la persona, su lengua y sus costumbres. Ahora, aunque nos aferramos a seguir viéndolo de este modo, es difícil precisar lo que realmente identifica a un determinado grupo social.

¿Qué significa vivir en la Sociedad de la Información? En diez años el mundo se transforma de maneras tan radicales como antes sólo ocurría después de un siglo.

Dice Raúl Trejo Delarbre, investigador titular en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM: “Nuestra circunstancia no es más la del barrio o la ciudad en donde vivimos, ni siquiera la del país en donde radicamos. Nuestros horizontes son, al menos en apariencia, de carácter planetario”.

Las herramientas de comunicación como la red Internet y la telefonía celular adquieren un carácter de Omnipresencia (en nuestros tiempos cualquiera tiene el don de la ubicuidad). Sin embargo, el consumo prevalece sobre la creatividad y el intercambio mercantil es más frecuente que el intercambio de conocimientos.

Al respecto de los oficios creativos, como el de la literatura, me decía hace poco mi amiga Erika Said, que a diferencia de los escritores nacidos antes de la década de los ochenta (quienes aparecen influenciados por el post-boom o bien, si se ponen rebeldes, andan punks), los más jóvenes “andan en una onda cyber-punk, donde el punk ya no es contracultura, sino que se asimiló y lo contracultural pasa a ser entonces la cultura pop de Lady-Gaga y Michael Jackson; además de ser una generación apolítica e incapaz muchas veces de retratar el momento histórico, preocupados por cuestiones como el diseño y la moda”.

Aquí subrayo otra de las características de la Sociedad de la Información: la Desigualdad. En realidad, las bondades de la tecnología no están al mismo nivel para todos. Dado el contexto multicultural de nuestro país, y la forma en que nuestra historia ha avanzado (no de manera consecutiva, sino en etapas superpuestas a guisa de cebolla) no podemos referirnos a lo que identifica a ciertos grupos de una manera lineal y tomar en cuenta solamente la edad, sino el estrato sociocultural y la región geográfica. Es interesante, por ejemplo, analizar la manera en que están reconfigurando su identidad los jóvenes teenek del norte de Veracruz, quienes, incluso ven diferentes a los teenek de la región de Aquismón, S.L.P. ¿Cómo han de sentirse en relación a los grupos mestizos o blancos, o los aljaʼib, la gente de “más allá del agua”, los que no son mexicanos, los que son extraños?

Muchos jóvenes de áreas rurales buscan ser parte de este mundo tecnificado, escapar de su condición marginal y sin embargo están centrados, no en la moda, sino en la subsistencia. Ahora, si nos referimos netamente a los escritores, podríamos decir que el escritor es comúnmente mestizo o blanco, de clase media, habitante de áreas urbanas. Pero, ¿dónde dejamos a los que, por la razón que sea, no caben en esta clasificación?, ¿los arrinconamos por ahí llamándoles “minoría”?

Este es sólo el principio de una reflexión que nos concierne a todos. Palabras como Identidad o Patria deben (re)valorarse a la luz de nuestros tiempos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario